La prueba de que los clasicos carteles de Sonidos en mi Mexico querido no son ejemplos unicos.
Por otro lado, debo decir que esta publicidad casi naive me causa mas ternura que asco. Seamos justos, le echaron ganas. Es como cuando las cajeras de Aurrera se arreglan, cada quien su luchita.
Otra publicidad me inspira un desprecio mucho mas importante: la de las grandes agencias que hacen puras marranadas a pesar del dineral que cobran.
Ya traere pronto ejemplos, pero ahorita mismo, pienso a los naquisimos telefonos moviles Prada y Lolita Lempicka. Uno tiene que ser de verdad guarro para comprarse uno de esos.
Tambien les voy a presentar uno de mis carteles favoritos:
Me gusta grave!
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