Espeluznante mural post-mercado.

Entre los restos de un gigantesco mercado de pescado, me encontre con emotivo mural expuesto en un (por definicion) tetrico Jardin de Nignos.
Sorpresivamente, el resultado grafico es bastante decente y hasta (tampoco exageremos) un poquito interesante.
Poco interesante, pero mucho mas que la marranada exhibida en las galerias seniles de la Place des Vosges.
La obra malhechita de una decena de nignos holandeses, me hizo pensar en aquellos tiempos utopicos en los que, con la ayuda de complices, me dedicaba a destruir las manualidades del curso de Educacion Artistica en la secundaria.
Nuestro slogan era Para que aprendan a no hacer porquerias! Creo que multitud de museos y galerias ameritan la aplicacion de dicha frase.
Si visitan una exposicion, y encuentran mierda pura, no duden en escribirlo bien grandote en el libro de comentarios.