Turistas obesos y arterias tapadas retan a dios.

Una de las atracciones mas exoticas de la ciudad, son las catacumbas que albergan miles de cadaveres bajo tierra. Una parte de estos tuneles estan abiertos al nacoturismo.
Contra mis impulsos claustrofobicos, acepte hacer el tour de mas de un kilometro de angostos tuneles rodeados de montagnas de huesitos.
Los huesos no me causaron ninguna impresion, solo ganas de robarlos (me las aguante contra viento y marea). Son el descenso y la subida, donde tenia ganas de gritarles a los obesos turistas de avanzar mas rapido. Uno de mis grandes temores era que estos gordos murieran de accidente cardiaco, bloqueando las salidas y abandonandonos a una lenta muerte.
Esto no sucedio por razones que aun no comprendo y que incumben al reino de los milagros, mas que al de la ciencia.